@AndresErCheca 2017 se presenta como acabó 2016, pero pendiente de que los partidos políticos se reorganicen una vez acabado el año electoral. Todos los partidos están hechos trizas tras una sucesión de elecciones en todos los ámbitos que no dejó a nadie sin tocar. Todos celebrarán sus Congresos de reorganización en estos primeros meses del 2017. Rajoy tendrá que nombrar a su sucesor o sucesora en el partido hegemónico de la derecha, precisamente para no perder esa hegemonía, sobre todo tras el "abandono del barco" de su mentor, José María Aznar, por considerar a Rajoy un tibio y un blando. Sin designación oficial, Rajoy seleccionará a sus candidatos, aunque todos sabemos que su gran nominada y favorita será Soraya, se lo ha currado, ganado y es mujer, punto triple si eres de derechas. A la derecha le gusta mucho presumir de "paridad y moderneces" cuando sus féminas son más duras ideológicamente que sus varones. Eso no les quitará el sambenito (merecidísimo y ganado a pulso) de que siga siendo considerado el PP como el partido más corrupto, socialmente más desconsiderado con los que más lo necesitan e ideológicamente más autoritario y rancio de toda Europa y del mundo, Lepenes y Trumps incluídos. La extrema derecha española tiene sus singularidades, pero ya no engaña a nadie.
El PSOE ya ha cumplido también su papel histórico. Como buen adalid de la derecha, con su abstención y golpe de mano y de Régimen, nos ha dejado al dirigente más inútil de la democracia y al partido más corrupto de Europa unos años más gobernando hasta que se recomponga. Las luchas de la "izquierda" más derechista desembocaron en el descabezamiento de un Secretario General sin apoyos de los peces gordos de su partido que se atrevía a desafiar al nacionalismo españolista rancio del partido y a su miedo al nacionalismo periférico y se atrevía a insinuar pactar con los "izquierdosos populistas" de Podemos. Creo que no se ha vivido un momento más desagradable en la política española contemporánea que ese levantamiento de sables que acabó con la cabeza de Pedro Sánchez en bandeja de plata para el PP. A cambio la sección andaluza conservadora y tradicional del partido se hacía con la dirección del mismo a través de una supuesta gestora nacional neutral. Muerto el perro se acababa la rabia y quemada la lideresa andaluza, sólo queda nombrar un candidato de consenso para las primarias y que el bipartito siga su curso, como mejor pueda.
A Unidos Podemos, bueno, a Podemos quiero decir, tras absorber a Izquierda Unida, osea, al tradicional y dinástico (como el PSOE) PCE, y aliarse con toda la nueva y vieja izquierda ibérica neomarxista, neocomunista, neomareística, neoanticapitalista trotskista, confluencial, universitaria y pos-15M, en torno al núcleo irradiador de la "verdadera izquierda" podemita, que no es izquierda ni derecha, pero se le parece mucho a la izquierda, le toca que se organice como partido o como movimiento o como ni ellos mismos saben. La lucha de egos clásica se reproduce en luchas de poder internas enmascaradas en matices ideológicos de teoría, estrategia y organización que dan a lugar a que salten chispas y muchas cabezas. Está claro que se trata de saber si quieren ser alternativa viable de gobierno o si quieren ser lo que hasta ahora fue IU, una izquierda inútil, sin posibilidad de cambiar la vida de la gente, cuyo mayor mérito fue tener récords de luchas patéticas y de discursos grandilocuentes que no servían, en la práctica, para nada. Ser gobierno o ser el Pepito Grillo inútil, del gobierno de turno, es lo que se discutirá en breve en su Congreso. Dinásticos tradicionalistas, Anticapitalistas, errejonistas y pablistas tendrán que hacer una tregua si no quieren perecer en la marginalidad o en el olvido que las escisiones pueden provocar en su seno.
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