JOHN FORD: 40 AÑOS SIN EL MAESTRO Y CASI UN SIGLO DISFRUTANDO DE SUS PELÍCULAS
"No hago películas para
hacer obras de arte. Ruedo películas para poder pagar las facturas". John Ford
no tenía pelos en la lengua. Decía lo que pensaba, sin importarle que pudieran
agradar sus comentarios o no. Un hombre
hecho a sí mismo, al que no le importaba decir que trabajaba para comer. Quizá debido
a eso, a no creerse un artista sino un trabajador del cine, sin proponérselo consiguió
convertirse en leyenda, frente a tantos pretenciosos del cine que pululan por
ahí.
Se trasladó en 1914 a Hollywood
para trabajar con su hermano Francis Ford,
director, guionista y actor en la Universal
Estudios. John Ford participó en el film de David Wark Griffith
The birth of a Nation
(El nacimiento de una nación ), de
1915. Fue contratado como extra y encarnó a uno de los jinetes del clan.
Durante el rodaje, se golpeó en la cabeza con una rama de árbol mientras
cabalgaba, por lo que permaneció en el set durante tres días, en los que se
dedicó a ver cómo trabajaba el gran Griffith. Más tarde reconocería la
influencia que este cineasta tuvo en él: “Yo no diría que le robé nada.
Diría que le copié abiertamente”.
No hubiera querido ser yo quien
entrevistará a este señor, lo reconozco, quien lo hiciera lo tuvo crudo porque
decía que le encantaba hacer películas pero que no le gustaba hablar sobre
ellas: ¡Menuda entrevista que saldría! Encima las hacía bien: ¿Que más se le puede
pedir a un director de cine? ¿Qué sea simpático? ¿Qué hable de él y de su cine?
Todo eso sobra. Hay muchos directores a los que se les llena la boca hablando
de sí mismos y de su obra y menudas inmundicias nos toca aguantar a los
espectadores. Que nos entretenga como mínimo y ya basta. Como bien dijo John Ford:
“Nunca pensé en lo que hacía en términos de arte, o esto es grande o
estremecedor, o cosas por el estilo. Para mí siempre fue un trabajo, que yo
disfruté enormemente, y eso es todo.”
En 1924 realiza su primera gran
película que fue todo un éxito: El caballo de hierro.
Pero es con la llegada del cine sonoro cuando empieza a brillar con luz propia.
En 1935 ganó su primer Óscar con El delator.
Dirigió más de 60 películas que abarcan
todos los géneros, desde el western a géneros tan dispares como el drama, la
comedia, ó el cine bélico.
Un día le preguntaron por qué
daba tanta importancia a la familia en sus películas, a lo que el director
respondió: "tiene usted madre, ¿verdad?" Sobre su carácter, forma de ser y de pensar con respecto a la industria,
nos puede ilustrar uno de sus comentarios sobre porque no fue a recoger los primeros
oscar que recibió: “No aparecí en la ceremonia para recoger ninguno de mis tres
primeros Oscars. En una ocasión fui a pescar, en otra había una guerra de por
medio, y en otra, recuerdo, que estaba totalmente borracho”. Murió el 31 de
agosto de 1973 en Palm Desert, California, a la edad de 79 años. Sus últimas
palabras, antes de morir, fueron:
"¿Alguien tiene un cigarro?".
Sigamos disfrutando del maestro y
sus películas y sobre todo no lo olvidemos que se llamaba John Ford y hacía
películas del oeste, pero la mayoría de sus películas no son western. ¡Gracias
Maestro!
Autor: Andrés Er Checa (blogger):
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www.seacabaronlasgambas.blogspot.com
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Fotografía de canaltcm.com
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