@AndresErCheca Si nadie lo remedia vamos a por la repetición, por tercera vez en el periodo de un año, de las elecciones generales, y seguimos con un Rajoy y un gobierno del PP, en funciones y con corruptelas indefinidas.
En capítulos anteriores... vimos como en diciembre, en las primeras elecciones, Rajoy se cerró en banda a obedecer el mandato del Rey de presentarse a la investidura, como candidato del partido más votado, aunque sin escaños suficientes para la mayoría, porque ya sospechaba que nadie lo quería. Tuvo que ser Pedro Sánchez, del PSOE, "con el permiso" de la líder andaluza Susana Díaz, quien hiciera el paripé de que quería gobernar. Para ello firmó antes de reunirse con Podemos, un acuerdo con calzador con Rivera de Ciudadanos, enemigo de Podemos y el independentismo -reconocido por Begoña Villacís- para cerrar toda posibilidad de gobierno de cambio y progreso. Así quedaron el PP, por la derecha, y Podemos, por la izquierda, como presuntos "culpables" de la repetición electoral. Después de las re-elecciones de junio, el PP mejoró resultados, aunque seguía sin apoyos suficientes para la mayoría de gobierno, y todos los demás partidos conservaron o perdieron escaños o apoyos. Después de la investidura fracasada del candidato eterno del PP: Mariano Rajoy, apoyado con otro acuerdo con Ciudadanos, tras una presión brutal de la derecha y sus medios afines, casi todos, Pedro Sánchez le dijo NO a Rajoy, a su partido y a la abstención indirecta de apoyo al candidato. Así que Rajoy decidió seguir insistiendo las veces que hiciera falta, antes de la posible repetición de elecciones, otra vez en diciembre, y Sánchez decidió que tomaría la iniciativa, y según sus palabras, se reuniría con todos los partidos, PP incluido, para ver si puede optar a la investidura y ganarla, solo en ese caso se proclamaría candidato. Algo así como un SÍ pero NO.
Casi un año después así estamos: sin gobierno oficialmente constituido; crisis institucional y del sistema: bloqueo absoluto; un país hundido en lo económico y social; sin presupuestos generales aprobados; con gobierno indefinido en funciones sustentado por un partido procesado, corrupto, de enchufados y con un presidente y candidato de impopularidad manifiesta e histórica; Ciudadanos solo quiere con PP y PSOE pero ni hablar de Unidos Podemos ni de nacionalistas-independentistas; PSOE no quiere con Unidos Podemos (la andaluza manda) ni con los nacionalistas-independentistas; Unidos Podemos quiere con el PSOE solo en igualdad de condiciones, también quiere con los nacionalistas-independentistas pero sin Ciudadanos; los nacionalistas-independentistas quieren respeto, la posibilidad de independizarse de España y a cambio apoyarían a todo bicho viviente que les permitiera organizar un referéndum independentista: prefieren a PSOE-Unidos Podemos y casi no quieren ver al PP-Ciudadanos.
Mi predicción al poco de celebrarse las re-elecciones de junio (y las de diciembre) era la repetición de las mismas. Visto las pocas ganas que tienen todos los políticos de trabajar por el país, y que solo tienen ganas de pensar en su interés, vamos de cabeza a las terceras re-elecciones. Sabiendo como en general, somos los españoles, tenemos que reconocer que nuestros políticos son un reflejo de sus gobernados: no nos gusta ceder en nada, solo que nos den la razón aunque no la llevemos. Somos soberbios, nada humildes, prepotentes y realmente tenemos poca cultura democrática. Y justificamos a los pillos y los corruptos, y hasta los votamos una y otra vez. Tenemos que cambiar los ciudadanos y también los políticos, como representantes nuestros que son, y mantenidos por nosotros, si queremos avanzar. Nuestros políticos son un reflejo de los ciudadanos. Nos hemos ganado esta parálisis a pulso, pero los españoles honestos, trabajadores y que creen en su país y en su futuro, que están sufriendo las consecuencias de este desgobierno, no se merecen más sufrimiento ni volver a las urnas por tercera vez.
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