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12/1/16

El nacimiento de una nación (y II): Acuerdo "in extremis"

Leer antes: El nacimiento de una nación (I): El desafío catalán

   Me gustaría comentar los antecentes de este acuerdo de última hora que se producía cuando ya todos creíamos que Cataluña tendría que repetir elecciones por la falta de acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP, sin cuyos votos era imposible formar gobierno, tras tres meses de desencuentros y asamblearismos sospechosos con "empates" extraños y dimisión de Baños, su líder,  incluída, antes de tiempo, por estar de acuerdo en apoyar a Mas y la mitad de su partido parecía que no. Junts pel Sí y la Candidatura d'Unitat Popular acabaron firmando un acuerdo para proclamar como nuevo presidente al alcalde de Girona, Carles Puigdemont y arrancar la legislatura en Cataluña. Puigdemont, que fue número tres de la lista de Junts pel Sí en Girona, fue elegido presidente en la primera votación. Es la única alternativa que quedaba, puesto que el plazo para la investidura terminaba el domingo y solo daba tiempo para una única sesión. Para lograrlo, Mas da un paso al lado y renuncia a la investidura. Según su explicación, él mismo señaló a Puigdemont como su sustituto. Mas no tendrá ningún cargo, pero no se retira de la política. El presidente catalán ha aseverado que será expresidente, y se ha puesto a disposición del nuevo Gobierno para seguir trabajando. Su misión, ha asegurado, será trabajar para la refundación de Convergència. Mas se reserva la posibilidad de volver a presentarse como candidato en unas elecciones a la Generalitat: "Esta puerta queda abierta". El todavía presidente en funciones no ha decidido si sigue como diputado en el Parlament.


   A cambio de lograr la retirada de Mas, la CUP cede los votos de dos de sus diez diputados en el Parlament. El caso es que retirarse, retirarse, se retira muy poco este señor. Pero intentarán vender a sus simpatizantes esta película. Se someten ellos, no someten a Mas, que solamente se hace a un lado. Los anticapitalistas se comprometen a que los dos elegidos participarán en las deliberaciones y votarán junto a Junts pel Sí. y a un acto de contricción y disculpas ante el pueblo catalán por entorpecer el proceso. ¿Serán de esperar más humillaciones? Lo veremos. Todo por la independencia, incluído abandonar su hoja de ruta social. Al tiempo. La CUP se entrega a los brazos de los que dicen combatir casi con fervor, Syriza a su lado son ultraizquiera (es broma). Con 64 escaños asegurados, la coalición de CDC y ERC tendrá uno más que Ciudadanos, PSC, PP y Catalunya Sí que es Pot, que tienen 63. Xavi Generó, portavoz de la CUP, ha matizado que el grupo parlamentario de los anticapitalistas seguirá teniendo, en teoría, 10 diputados, aunque dos de ellos actuarán como si fueran parlamentarios de Junts pel Sí. Los ocho diputados que quedarán de la CUP tendrán las manos ligadas. El acuerdo establece que los parlamentarios no podrán votar junto al resto de la oposición en asuntos que comprometan la estabilidad parlamentaria del Gobierno. Eso conlleva que en votaciones en las que discrepen del Ejecutivo, como mucho, se podrán abstener. Con esa fórmula, y los dos diputados que cede la CUP, Junts pel Sí se asegura ganar todas las votaciones en el Parlament. El acuerdo, según las explicaciones de Mas, establece que habrá diputados de la formación anticapitalista que renunciarán a su escaño y que la CUP reconocerá haber cometido "errores" en la negociación. Según el todavía presidente en funciones, será un gesto para corregir la tensión que ha habido durante las negociaciones.

   Los pasos que van a seguir las candidaturas independentistas están explicitados en la “hoja de ruta unitaria del proceso soberanista catalán” que pactaron CiU y ERC, y que terminan en 18 meses con la celebración de un referéndum sobre una eventual Constitución catalana —no sobre la secesión—. El documento traza el camino, que comienza con una declaración soberanista inicial, como "anuncio e inicio del proceso hacia la proclamación del nuevo Estado". A continuación, comenzará la "elaboración de un proyecto de texto constitucional en el plazo aproximado de 10 meses, mediante un mecanismo participativo". En paralelo, el Gobierno catalán procederá a la creación y puesta en funcionamiento de "las estructuras necesarias del nuevo Estado: hacienda propia, seguridad social, transitoriedad legal, acción exterior, transición de infraestructuras estratégicas, servicios sociales y de salud, abastecimiento energético, seguridad…"

Mucho puño "anticapitalista" en alto para al final doblegarse al capitalismo burgues de Convergencia
    En cuanto a la reacción de los partido "españolistas" (o casi), empecemos con el PP, que sustenta al gobierno en funciones de España. Digamos que lo de no repetir elecciones en Cataluña ha significado un jarro de agua fría para todos porque no está nada fácil con los resultados de la elecciones generales formar gobierno en el país. Si no quieres caldo toma dos tazas. Ahora se complica mucho más todo ya que la cuestión independentista ocupa el centro del tablero político, por los quebraderos de cabeza que causará. El líder del PP está convencido, y así se lo trasladó a los suyos, de que sus posibilidades de permanecer en la Presidencia del Gobierno, hoy aún remotas, están en manos de Sánchez. Rajoy se preparaba para un largo proceso de negociaciones e incluso contaba con no obtener su investidura ni en primera ni en segunda votación. Solo tras un fracaso del líder socialista en formar una mayoría alternativa, con el que contaban en el PP por su convencimiento de que la incompatibilidad es absoluta entre socialistas y Podemos, Rajoy volvería a desplegar presión en busca de apoyos para evitar el peor de los desenlaces: una repetición de las elecciones. La desaparición en el futuro inmediato de una campaña electoral en Cataluña, que hubiere supuesto serias interferencias en la búsqueda de pactos, así como el desafío soberanista que se comenzará a vislumbrar a partir del próximo lunes, lleva a un cambio de estrategia. Ahora lo más conveniente es que los plazos empiecen a correr cuanto antes. Rajoy aprovechará la primera sesión del debate de investidura para defender la necesidad de un Gobierno de amplia mayoría, que ofrezca estabilidad y solidez: PP + PSOE + Ciudadanos.

   Los socialistas creen que hay que ser prudentes y esperar a ver cuáles son los primeros pasos que da el nuevo Govern catalán. Si es necesario dar una respuesta a cualquier intento de quebrantar la ley, el PSOE apoyará al Ejecutivo. De hecho, ya decidieron en su momento posponer su recurso, que ya tenían redactado y listo, a la reforma del Tribunal Constitucional que el PP aprobó en solitario, por el que se daba al alto tribunal la posibilidad de ejecutar sus propias sentencias. Esa reforma, como reconocen ya abiertamente los miembros del Gobierno en funciones que participaron en su elaboración, puede ser el arma que evite acudir al recurso extremo del artículo 155 de la Constitución, que permite al Gobierno central arrebatar competencias a un Ejecutivo autonómico y que nunca se ha utilizado en la historia democrática. Poco ha durado en el PSOE el sueño de un pacto a la portuguesa para convertir a Pedro Sánchez en presidente del Gobierno. La idea, reforzada por el propio Sánchez desde Lisboa, parece que está ahora evaporada tras el acuerdo alcanzado en Barcelona por la CUP y Junts pel Sí para permitir que el procés siga adelante y se evite el escenario de elecciones en Cataluña. "El acuerdo catalán lo complica todo". La frase la firman en términos exactos miembros de la dirección, barones críticos con Sánchez y viejos dirigentes socialistas. "Todo es más difícil pero no nos volvamos locos", señala un miembro de la Ejecutiva. La mayor dificultad del secretario general se puede contabilizar en un número: 17. Esos son los escaños que suman en el Congreso Esquerra y Convergència. 17 abstenciones que se hacían imprescindibles para que Sánchez llegase a La Moncloa, si finalmente conseguía convencer a Pablo Iglesias para ese pacto a la portuguesa.

   Tras el acuerdo catalán, esas 17 abstenciones ya no se consideran en Ferraz como una opción viable. "Cómo explicamos ahora que los que buscan la independencia en cuestión de meses son los que facilitan que lleguemos al Gobierno", señala un dirigente socialista. Los barones, por su parte, dan por hecho que el acuerdo catalán bloquea la posibilidad de un pacto con el que investir al líder socialista. En la Ejecutiva de Sánchez son plenamente conscientes de la dificultad que aporta la nueva situación. "Ahora las presiones van a ser muy fuertes", afirma un destacado miembro de la Ejecutiva, en referencia a la dificultad de decir no a un Gobierno de Rajoy mientras Cataluña encara la puerta de salida. En el sector crítico al secretario general socialista son más rotundos y señalan: "La ensoñación de Pedro de llegar al Gobierno se ha terminado".

   ¿Qué opciones le quedan al líder del PSOE? La abstención de Ciudadanos parece ser la única pero nadie en Ferraz ve ahora a Albert Rivera alejándose del discurso del PP, mientras en Cataluña la Generalitat inicia la cuenta atrás para la independencia. Ferraz (oficialmente en silencio el domingo) asume que la situación se les ha complicado sobremanera. Incluso la posibilidad de nuevas elecciones se antoja complicada. "Mientras Cataluña se va, nosotros pidiendo que los ciudadanos vayan a votar. No parece fácil", señala un dirigente socialista. Ante esta situación, el entorno más cercano al secretario general mantiene su postura de que un apoyo a Rajoy es inviable. "Si apoyamos a Rajoy ahora, no sé qué pensarán algunos dirigentes, pero los electores nos destrozan", afirma un miembro de la Ejecutiva que concluye con una frase lapidaria. "A veces, uno muere de responsabilidad". Próximo episodio en el Congreso de los Diputados

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