S.O.S.: "Generación Sin Empleo" (y II): la cruda "realidad"

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Promo de: S.O.S. "Generación sin empleo"

La tasa de desempleo entre las personas menores de 25 años en España es del 55,7%, según la oficina estadística europea Eurostat. Una cifra que solo supera Grecia, con una tasa de paro juvenil del 58,4%. Los países donde el desempleo entre los jóvenes es más bajo son Alemania (7,7%), Austria (8,9%) y Holanda (10,4%). Las consecuencias de estas incipientes cifras de paro juvenil son muchas, y muy profundas, llegando a modificar incluso, el modelo de familia, ya que los jóvenes ven imposible la emancipación del hogar paterno, y por consiguiente, las parejas retrasan la decisión de tener hijos. Todo esto genera una frustación enorme en los jóvenes, que llevan toda la vida formándose y no consiguen encontrar su lugar en una sociedad incapaz de ofrecer alternativas. Este frustación es en sí misma muy peligrosa pues está demostrado que aumenta los índices de enfermedades mentales, e incluso los de violencia y drogodependencia.

Esta es la realidad, pero si esperamos que la solución llegue de la mano de "nuestros" políticos o de los empresarios lo llevamos claro. Ya podemos esperar eternamente viviendo de la pensión de nuestros padres o abuelos a que lleguen los "brotes verdes" de la recuperación económica. Seamos inteligentes, ha sido demasiado el tiempo que hemos estado "adormecidos" por este sistema como para esperar también que por medios de una supuesta "revolución social", que nunca llega, las cosas cambien de un día para otro. Todos nos hemos dado cuenta que en España los "pobres" son más conservadores que Rouco Varela. ¿No os parece extraño que el gobierno, al contrario, por ejemplo, al de Portugal, no incentive que nuestros jóvenes emigren? Aquí somos conservadores hasta para "morirnos de hambre". En serio, no hay alternativa, se acabo la "comodidad" falsa que ofrecía un país de "nuevos y defraudadores" ricos. ¡A volar! ¡A conocer mundo! Es la única alternativa viable que nos queda, por mucho que nos neguemos a aceptarla. Se acabó lo que se daba, lo demás son lamentos vanos y victimismos ingenuos sin salida. La salida está por Barajas, no me cansaré de repetirlo, aunque algunos sigan negando esta verdad, que no tiene porque ser mala, al contrario, puede ser muy buena, lo malo es la deprimente realidad de este país.