Reiniciando nuestras vidas

Como dicen en mi pueblo (Linares, en la provincia andaluza de Jaén, tocado y más hundido todavía con las lluvias torrenciales acaecidas en el puente de todos los santos y que habeís podido presenciar en todos los medios de comunicación), es posible que sea muy ´soba` (localismo que significa pesado, insistente, repetitivo, etc.). 

Ya lo he comentado en el artículo anterior y en otros artículos de este blog, que si queremos salir de este agujero en el que nos encontramos, lo primero que tenemos que hacer es reiniciar nuestros cerebros y con ello provocar un cambio de nuestra mentalidad paleta. Lo de que "Cómo aquí se vive no se vive en ningún sitio", ya sea que nos refiramos a nuestro barrio, pedanía, pueblo, ciudad, provincia, comunidad o país... ya no se lo cree nadie por que siempre fue una asquerosa mentira, lo de asquerosa es por el daño que hizo y sigue haciendo. Insisto mucho en ello porque me da muchisima pena, dolor e impotencia ver vidas destrozadas ante la situación social que acontece, que no despegan no sólo por la falta de recursos, sino por seguir creyendo en esa mentalidad pueblerina que nos impide realizarnos fuera de "nuestro mundo", que creemos suficientemente amplio, y que al no cumplir la función que le otorgamos, de realizarnos aquí, provoca frustración, y lo que es mucho peor, una pobreza espiritual, creativa y económica de la que va a ser más que difícil salir si no aprovechamos las oportunidades que se nos puedan presentar. Sé que es doloroso hacer algo que posiblemente no nos guste y que ni entra en nuestros planes, pero somos los dueños de nuestro destino y que el destino está en nuestras manos siempre es un hecho, por supuesto que sí. Hay que coger "carretera y manta", primero salir de nuestros pueblos y luego de nuestro país.

Sé que muchos de mis compatriotas, cabezas cuadradas todos, y me incluyo, no están en nada de acuerdo conmigo y confunden de anti-patriotismo lo que es una simple llamada a la huída de "la realidad" que nos quieren imponer y a la que llaman "crisis internacional", para que no se note la culpa que tienen los sinverguenzas de dentro de este país (todos ya se han ido, informo, como buenas ratas), de esta ruína que tenemos y que nos han dejado, ésto sí, en herencia, de la de verdad, de la que se paga con nuestro dinero que a su vez se convierte en hambre cuando nos lo arrebatan. Muchos de los que me tildan así creen que en algún momento saldremos de este pozo en el que nos encontramos, que en algún momento encontraremos la salida. Respeto pero en nada comparto ese optimismo ibérico que tanto nos caracteriza. Pienso que es importante ser optimista y confiar en el futuro, pero negarse a ver la realidad, pero no la mía, sino la nuestra, la de todos, que no hablo de mi realidad, es también un grave error y tarde o temprano nos pasará factura si no nos la ha pasado ya.

Soy consciente también de que hay muchos españoles o residentes de otros países, con o sin nacionalidad española, que ya "han hecho las maletas" y se han marchado a otros lugares a "buscarse las habichuelas" o que han vuelto a sus lugares originales de los que una vez salieron buscando un futuro mejor y se encontraron con esta realidad de la que nunca habían oído hablar, pero los de aquí si que nos sabemos el cuento, sólo falta que nos lo apliquemos, no hay excusa, es el de siempre: unos roban y viven a costa de los de siempre, de la mayoría y nosotros lo consentimos.

Lo diré todas las veces que sea necesario, aunque me repita, antes de que ya no tengamos vuelta atrás: "Te debe importar poco lo que eres, lo importante es lo que quieras ser". No te resignes.